Ibamos a La Peza a comprar una de esas hogazas de las que he hablado al principio del blog. Paramos en el embalse Francisco Avellan a hechar un cigarro cuando sorprendimos a este grupo de machos monteses que habian bajado a beber. Pero la sorpresa nos la llevamos al volver al coche y levantar la vista.
Sobre nosotros una joven hembra con dos crias nos miraban entre asombradas y asustadas. Tuve tiempo de sacar una fotos entre los nervios y el ansia, y cuando se sobrepusieron al asombro, dieron media vuelta y desaparecieron de nuestra vista.
Seguimos en ruta...
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