lunes, 15 de junio de 2009

A propósito de los viajes

¿Qué es viajar?

Según la RAE :

Trasladarse de un lugar a otro, generalmente distante, por cualquier medio de locomoción.”.

Esta es una definición algo vaga e imprecisa. Demasiado tajante, diría yo.

Johan Nogué nos acerca mas a la definición romántica del viaje:

“Viajar es en esencia, moverse hacia un espacio desconocido. NO se concibe el viaje hacia lo conocido, hacia el espacio donde consumimos nuestra cotidianeidad….Traspasar los limites del espacio conocido no es un acto corriente. El viaje es en verdad viaje cuando se convierte en algo gratuito, libre, no necesariamente asociado a una finalidad concreta. Es la movilidad entendida como fuente de libertad y de trasgresión, como acto de rebeldía fugaz y efímero contra los constreñimientos de la cotidianeidad.”

Esto ya es otra cosa, “fuente de libertad y trasgresión”, el viaje es en si una rebeldía, un acto rebelde contra el tiempo.

Pensemos en una mañana de domingo, nos encontramos en casa sin saber que hacer. Si pensamos en ese momento en una localidad, por ejemplo, que se encuentra a 50 kilómetros de distancia de nuestra casa, hace 500 años podríamos tardar casi dos días en llegar, pero en la actualidad, en escasa media hora, podemos viajar en el tiempo y acercar ese lugar remoto en un corto periodo de tiempo.

Pero el viaje también se convierte en algo que va en contra de nuestra comodidad, de nuestro estilo de vida, de nuestro confortable y “completo estilo de vida. “No necesariamente asociado a una finalidad..”, en eso creo que no estoy totalmente de acuerdo con el Sr. Nogué.

El viaje empieza, a veces, con un impulso, un ansia de movimiento y libertad, una improvisación, un arrebato. Este tipo de viaje puede verse reflejado sobre todo en los viajes cortos y locales, en los viajes de uno o dos días, unos días en los que decides desconectar hasta del GPS y del móvil. Este tipo de viajes son muy asequibles para cualquier bolsillo y circunstancia. Se realizan incluso en una tarde en la que todas las comodidades de tu casa te parecen poco para saciar tu inquietud. Incluso un viaje de 30 kilómetros puede ser toda una aventura y un esparcimiento.

Pero existen otro tipo de viajes que no tienen ese grado de improvisación. Desde que empiezas a planificarlos, desde ese momento, estas viajando.

Internet nos ha dado a los viajeros herramientas preciosas e imprescindibles para este tipo de viajes. ¿Hacia donde quiero ir? ¿Qué poblaciones voy a recorrer? ¿Qué puedo ver en esos lugares? ¿Qué puedo comer? ¿Dónde puedo alojarme? Todo en Internet son datos para poder llevar unas notas y aprovechar aquellos lugares que vamos a recorrer, a la vez que por ser zona desconocida, siempre tiene ese aire de aventura que necesita el viajero. Y además están los imprevistos y los descubrimientos. Me paso en León. Vamos a ver la Catedral y luego subimos por el río Torio hacia Pajares. Pues descubrimos un paraíso en el Valle del Río Torio. Vegacervera, Felmin, unos paisajes y un recorrido impresionantes. Por eso, aunque uno pueda planificar todo lo referente a un viaje, siempre existe un punto de improvisación y de aventura.

Pongo ahora el ejemplo de la tarea en la que me he embarcado. Mi fin es fotografiar las iglesias de los pueblos de Granada. Tengo un fin, pero el viaje me esta llevando por carreteras, tierras, paisajes y gentes increíbles. Y todo a una jornada de viaje. Esta empresa me esta sacando de las carreteras normales de la provincia, internándome en la Granada profunda, una tierra desconocida por mi, aunque la tenga casi a tiro de piedra. A la vez, también estoy descubriendo pueblo, eso pueblos que esta uno harto de pasar, mirarlo a gran velocidad, y seguir carretera hacia el destino habitual. Me he metido en sus calles, he paseado sus plazas y he descubierto un mundo que no sabía que lo tenía tan cerca.

En definitiva, he descubierto una forma de romper con la monotonía, de salir de lo cotidiano, de vivir aventuras, resumiendo, de disfrutar de la vida. Y todo gracias al concepto de “viaje”.

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