Subiamos hacia La Cabra Montes, en la Sierra de Cazulas, un dia soleado de diciembre. El sol calentaba el asfalto y nuestras cabezas, aunque la temperatura del aire era baja (unos 15º), Lorenzo se dejaba sentir y nos acariciaba con dulzura.
Pero a eso de las 14 horas, empezaron a llegar por el oeste unos nubarrones que no auguraban nada bueno. Pronto empezaron a tapar al gran astro, y a dejar su humedo regalo sobre nuestro dia de paseo.
Las frias gotas de agua empezaron a caer sobre el recalentado asfalto, produciendo un efecto de pelicula de terror. El vapor del agua tapizaba toda la carretera, parecia una caldera, y este efecto meteorológico nos acompaño durante varios kilometros.
Seguimos en ruta....
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